CAPÍTULO 8
Marisco y amor a partes iguales
Pasaban los meses como si fueran días.
En noviembre de 1984 estuvimos en Galicia visitando
las Rías Altas y con parada especial en Cedeira, el pueblo donde nació mi padre.
Cada uno de los hermanos de mi padre había nacido en un lugar diferente debido
a la profesión de mi abuelo.
Fue la primera vez que Veva probaba los percebes y
algún otro marisco que no se veían en Canarias. Se demostró como una amante acérrima
de nécoras, centollos, percebes, almejas, ostras, etc., y una incansable
consumidora de angulas en aquellos tiempos donde se podían comer sin
arruinarte.
Desde entonces en todos nuestros viajes dábamos una
especial importancia al turismo gastronómico.
Ella había viajado por casi toda Europa antes de
conocerme, pero Galicia le dejó una huella imborrable para siempre.
Me acuerdo que estaba muy sorprendida con el tamaño
de las raciones que servían en Galicia. Eso con el tiempo también ha cambiado,
porque con el paso de los años habíamos vuelto en varias ocasiones. La última
vez en el año 2010 con nuestra hija que ya tenía 24 años y fue el último viaje
de los tres juntos antes de que tuviera pareja y se independizara.
Volviendo al año 1984, nos encantaba pasear abrigados
y abrazados bajo la lluvia, sintiendo el frio en la cara, y hasta nos nevó en
una ocasión, algo a lo que no estábamos muy acostumbrados en Las Palmas.
Me encantaba llevarle a lugares desconocidos para
ella, sus ojos eran como los de una niña pequeña ávida de conocimiento y que va
descubriendo por primera vez cosas que no sabía que existían. La sonrisa no se
le borraba del rostro en ningún momento. Nunca se le borro.
Al volver a Madrid, y antes de tomar el avión de
vuelta a Las Palmas, tuve una reunión en la central de la empresa para la que
trabajaba y me proponían para junio/julio de 1985 un traslado a Madrid para ocupar
un puesto que iba a quedar libre y que suponía un ascenso con un notable
aumento de sueldo.
Esperaría a estar en Las Palmas para hablarlo con
Veva, porque eso significaría un cambio drástico en nuestras vidas y había que
meditarlo.
Pero eso queda para el próximo capítulo…
Una excelente narrativa, que engancha al lector. Gracias por las historias
ResponderEliminarCada día enganchada a tu historia d amor
ResponderEliminarNo cuentanos mas
ResponderEliminarMe agrada su tono natural tan ameno al narrarlo y tan a gusto para los ojos del lector!!! Ánimo siga por aquí que seguiré leyendo ávidamente
ResponderEliminarAllá dónde esté... seguro que te sigue sonriendo.
ResponderEliminarSu sonrisa te seguirá acompañando!
ResponderEliminarY querrá verte bien
Almas unidas para siempre!!
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